miércoles, 9 de marzo de 2011

Los inicios de Raúl, por Rubén Cano

"A Raúl le llevaron al Atleti los ojeadores que teníamos por todas las zonas de Madrid. Iba dos años por delante de su edad y con nosotros estuvo dos temporadas. La primera en el infantil y luego le subimos al cadete, aunque le quedaban dos años todavía como infantil. Hacía goles de todas las formas. Jugaba en la izquierda y yo le llamada Maradonita.

Nosotros estábamos muy ilusionados con aquel equipo. El club nunca había sido campeón de España de cadetes y salir campeones significaba que teníamos a los mejores jugadores de 12 años de España. Y lo fuimos. El segundo año sabíamos que quedaba libre porque por la reglamentación no había forma de retenerlo. No se le podía engañar de ninguna forma. Por eso yo le intentaba convencer con cariño. Hablaba con él, le decía que era bueno. Maradonita para arriba, Maradonita para abajo.

En ese interín en el que intentábamos convencerle para que siguiera con nosotros, a Jesús Gil le convencieron para que la gestión de los equipos de la cantera pasara a unos particulares, a dos señores que tenían hijos en el mismo equipo que Raúl. Uno de ellos llevaba los campos de La Chopera y el otro era el productor de cine Esteban Alenda. Ellos pasaron a gestionar todo y corrían también con los gastos, que eran muchos, aunque no lo pudiera parecer.

Todo el mundo me decía que Maradonita se me iba a escapar. "Que se te va, que se te va...". Era como un martillo pilón con el que me daban en la cabeza. Yo me pasaba el día con el padre, Pedro. En mis treinta años en España no había ido a los toros, pero como yo sabía que a él le gustaban mucho, un día me fui con él. Yo no sabía nada, pero le preguntaba y él me explicaba. Se levantaba, aplaudía y yo no me enteraba un carajo.
De fútbol el padre sabía menos. Raúl era del Atlético y cuando ya parecía que los tenía a los dos convencidos para firmar, se me fue de verdad. Quedamos tal que para el día siguiente para la rúbrica y no vino. Luego me dijeron que fueron antes al Bernabéu y allí se quedaron. Me agarré bronca porque era bueno el pibe. El equipo metía 15 goles, preguntabas y él había hecho ocho. Si el equipo metía ocho, él hacía cuatro. ¡Y tenía 12 años!

Nunca más vi a Raúl hasta hace un año, más o menos, en el centenario de la Federación, que me invitaron. Qué casualidad que nos ponemos para hacer la foto oficial, miro para atrás y estaba él. ¡Qué casualidad! Le di la mano. Estuvo simpático conmigo. Sólo le dije una cosa: "Por vos casi me cortan los huevos. Me buscan por todos los lados por dejarte escapar". Él no decía nada, se cagaba de risa.
¿Y qué podía hacer? Se fue porque se fue. Quedaba libre, Paco de Gracia estuvo listo y lo cazó. Nosotros no estábamos tampoco para pujar por dinero. Él era hincha del Atlético, pero decidió el padre, que no le gustaba el fútbol."


Texto de Rubén Cano, ex-secretario técnico del Atlético de Madrid, publicado en el libro "Raúl, el triunfo de los valores", de la editorial Everest.

No hay comentarios:

Publicar un comentario